jueves, 15 de marzo de 2007

Retratos del paraìso perdido: Little Children


Los suburbios, ese sitio idílico mostrado como el paraíso occidental, micro universo estadounidense sinónimo de bienestar y riqueza, es el escenario donde se desarrolla lo oculto, lo oscuro, lo innombrable.

Little Children –o Secretos Íntimos, el telenovelero nombre que se le dio a la cinta en México- muestra el choque de sentimientos., de los temores y deseos que el ser humano no menciona en voz alta.

El filme de Todd Field explora la tragedia que le ocurre a la gente común que habita los típicos barrios norteamericanos y como ésta cambia el rumbo de sus vidas. Temática que ya abordó con éxito en su ópera prima: In the Bedroom.

Retazos suburbanos, tristes, dolorosos, punitivos. En el retrato de Field aparece una ama de casa insatisfecha y anhelante –al igual que Madame Bovary- de pasión, de un romance que cimbre su existencia anodina; el padre que se siente rebasado por su esposa y se ve sumido en el limbo del fracaso profesional que lo anula como proveedor del hogar; el pederasta arrepentido y perseguido con saña por sus vecinos, quien se refugia en el amor de su madre; el policía retirado por la culpa, quien busca desesperado una causa, una piedra a la que asirse.

Personajes que se ven envueltos en una trama signada por gemidos y silencios, verdades a media voz, historias desesperadas que colisionan en el afán de buscar una salida, un destello de felicidad.

La tensión de la trama aumenta paulatinamente y el observador cae en el juego, se vuelve cómplice de una historia en la que no se intuye el desenlace. Y ante la angustia, la soledad en la que se ven sumidos los personajes y de la que buscan escapar a toda costa, se levanta al final la señal irreductible de la esperanza.

Sí existe posibilidad de redención –parece decir Field con los desenlaces que se vierten raudos en la pantalla-, es válido creer en las segundas oportunidades, los errores pueden ser enmendados. La dicha no le es negada al pecador.