miércoles, 28 de marzo de 2007

El corazón tiembla





La nostalgia de la pérdida no cede ante el sol festivo de marzo, se resiste a las flores, a los cantos, a tanto gozo estridente de los adolescentes que llenan los parques con risitas y murmullos.



Un hombre lleva encima un velo de ternezas, los cadáveres de flores exhalan el dulzón aroma de la melancolía. Las señales no pueden estar equivocadas... la primavera ha llegado.






Fragmento




En el teléfono una voz herida:
"Llámame después. Ahora estoy cansada".
-Luego, el timbre repiqueteando en la habitación
desconocida
saturándola con la ferocidad de una condena.
"¿Pero qué he de hacer, vida mía, mi bien perdido,
arrastrado a lo más profundo de la noche
desde el zumbido de la oscuridad?
Han vuelto a llamar al asilo al último, al más lento de
todos,
cuya sola preocupación es el tiempo, que ahora se ha
acabado;
ahora todo se ha ido, todo, todo, salvo la compasión,
contigo todo se ha ido por partida doble, mi amor."
- En ese trágico cuarto el timbre todavía repiquetea
como un pájaro atrapado que presagia un mal mayor;
imagino en ese cuarto los libros que tocamos y leímos
juntos, sí,
tocamos, olimos, salidos de las páginas de un libro,
un libro de Gogol; o tu corazón temblando en mi mano
que alguna vez tañó notas de amor en la viola de tu piel
pero nunca logró arrancar tu corazón al rechazo,
ni tus dientes del cuello de mi corazón...
- Las estrellas, como rifles de plata en el vacío,
se sirven de sus miras para afinar puntería.
No comprenden las categorías de nuestro dolor...
Ningún mundo se hundirá por lágrimas que nunca
vimos caer,
por tristezas que nunca fueron compartidas,
ojalá yo pueda consolar a los muertos,
asirme a alguna piedra en la corriente.




Malcom Lowry