
viernes, 30 de marzo de 2007
Dorotea, Saltillo, y el deseo

miércoles, 28 de marzo de 2007
El corazón tiembla

En el teléfono una voz herida:
"Llámame después. Ahora estoy cansada".
-Luego, el timbre repiqueteando en la habitación
desconocida
saturándola con la ferocidad de una condena.
"¿Pero qué he de hacer, vida mía, mi bien perdido,
arrastrado a lo más profundo de la noche
desde el zumbido de la oscuridad?
Han vuelto a llamar al asilo al último, al más lento de
todos,
cuya sola preocupación es el tiempo, que ahora se ha
acabado;
ahora todo se ha ido, todo, todo, salvo la compasión,
contigo todo se ha ido por partida doble, mi amor."
- En ese trágico cuarto el timbre todavía repiquetea
como un pájaro atrapado que presagia un mal mayor;
imagino en ese cuarto los libros que tocamos y leímos
juntos, sí,
tocamos, olimos, salidos de las páginas de un libro,
un libro de Gogol; o tu corazón temblando en mi mano
que alguna vez tañó notas de amor en la viola de tu piel
pero nunca logró arrancar tu corazón al rechazo,
ni tus dientes del cuello de mi corazón...
- Las estrellas, como rifles de plata en el vacío,
se sirven de sus miras para afinar puntería.
No comprenden las categorías de nuestro dolor...
Ningún mundo se hundirá por lágrimas que nunca
vimos caer,
por tristezas que nunca fueron compartidas,
ojalá yo pueda consolar a los muertos,
asirme a alguna piedra en la corriente.
Malcom Lowry
sábado, 24 de marzo de 2007
Memorias de Viaje 3

jueves, 22 de marzo de 2007
La ciudad y el deseo


sensación bien amada.
Regresa y tómame
a la hora en que los labios y la piel recuerdan.
miércoles, 21 de marzo de 2007
ordenar y confundir y comer y digerir
Al despertar, mi condición de viajero extraviado fue más evidente, cierto. Todo viaje iniciático florece en capullos carnívoros, ávidos y hermosos.
Pero el regreso es forzoso. Entonces viene esa permanente sensación de que al final de todas las cosas nada es suficiente. Sólo somos seres humanos y nuestros deseos deben pasar forzosamente por las limitaciones, terribles y necesarias, de la carne reductible...
El hombre en su vida
El hombre en su vida no tiene tiempo de tener tiempo de tener
tiempo para todo.
y no tiene el tiempo de tener el tiempo
para todo afán. el eclesiastés no tuvo la razón
cuando dijo aquello.
un hombre tiene que odiar y amar a la vez:
con los mismos ojos llorar y con los mismos reírse,
con las mismas manos arrojar piedras
y con las mismas recogerlas,
hacer el amor en la guerra y la guerra en el amor.
y aborrecer y perdonar y recordar y olvidar
y ordenar y confundir y comer y digerir
lo que una larga historia
hace en muchísimos años.
el hombre en su vida no tiene tiempo.
cuando pierde, busca,
cuando encuentra, olvida,
cuando olvida, ama,
y cuando ama comienza a olvidar.
y su alma es instruida,
y su alma es muy profesional,
sólo su cuerpo permanece siempre diletante:
intenta y se equivoca
no aprende y se confunde
ebrio y ciego en sus placeres y pesares.
muerte de higos él morirá en el otoño,
arrugado y lleno de sí y dulce,
las hojas secándose sobre la tierra,
y las ramas desnudas señalando
hacia un lugar donde hay tiempo para todo.
Yehuda Amijái
domingo, 18 de marzo de 2007
para los que quieren mover el mundo con su corazón solitario
jueves, 15 de marzo de 2007
Retratos del paraìso perdido: Little Children

Little Children –o Secretos Íntimos, el telenovelero nombre que se le dio a la cinta en México- muestra el choque de sentimientos., de los temores y deseos que el ser humano no menciona en voz alta.
El filme de Todd Field explora la tragedia que le ocurre a la gente común que habita los típicos barrios norteamericanos y como ésta cambia el rumbo de sus vidas. Temática que ya abordó con éxito en su ópera prima: In the Bedroom.
Retazos suburbanos, tristes, dolorosos, punitivos. En el retrato de Field aparece una ama de casa insatisfecha y anhelante –al igual que Madame Bovary- de pasión, de un romance que cimbre su existencia anodina; el padre que se siente rebasado por su esposa y se ve sumido en el limbo del fracaso profesional que lo anula como proveedor del hogar; el pederasta arrepentido y perseguido con saña por sus vecinos, quien se refugia en el amor de su madre; el policía retirado por la culpa, quien busca desesperado una causa, una piedra a la que asirse.
Personajes que se ven envueltos en una trama signada por gemidos y silencios, verdades a media voz, historias desesperadas que colisionan en el afán de buscar una salida, un destello de felicidad.
La tensión de la trama aumenta paulatinamente y el observador cae en el juego, se vuelve cómplice de una historia en la que no se intuye el desenlace. Y ante la angustia, la soledad en la que se ven sumidos los personajes y de la que buscan escapar a toda costa, se levanta al final la señal irreductible de la esperanza.
martes, 13 de marzo de 2007
Médula dulce, midiaspora dulabsurda

“Las palabras aisladas flotaban a mi alrededor; se congelaban y se tornaban ojos fijos en mí, sobre los cuales, a mi vez, me veía forzado a fijar los míos, torbellinos que daban vértigo cuando hundía la mirada en ellos, que giraban sin cesar, y más allá de los cuales no había sino vacío”.
Hofmannsthal
Oliverio Girondo apareció como cometa raudo y luminoso sobre el firmamento literario de América Latina. Su obra -como buen cometa- no es extensa, pero sí profunda. Su voz poética entierra raíces firmes que agitan la memoria.
El lector encuentra a un alquimista verbal, apasionado por la búsqueda de la verdad circundante a la que atrapa con fiereza para hundirla en el abismo que forma parte de su geografía espiritual.
Y es Girondo el que entrega –a quien se atreve a aceptar semejante obsequio- las alas, quien regala la posibilidad de volar por él ansiada.
“Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia que nos aproximaba al paraíso; durante horas enteras nos anidábamos en una nube, como dos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en hoja muerta, el aterrizaje forzoso de un espasmo”.
Después de leer sus versos, de explorar su paulatino desencanto, sentí como las alas crecieron un día. Aprendí a planear bajo.
Girondo me dio el vuelo, pero también la sensación de enfrentar un mundo absurdo, de querer el todo y no sólo unas cuantas piezas:
“¡Ah!, el hartazgo y el hambre de seguir esperando”.
El pesimismo corrosivo y brillante de Girondo comienza su labor agridulce. De vez en vez las alas se extienden, prestas a la aventura.
A través de trabalenguas poéticos, que juegan con el significado, con la fonética, Girondo construye versos llenos de música latente, que invitan –y he conocido a escritores norteños que se han sentido aludidos- a cantarlos como un blues dulce, poderoso.
El argentino muestra al poeta profundo, al que utiliza la palabra como juego y divertimento, como filosofía lírica. Lamento, festejo, charco de agua turbia en el que se reflejan el alma, los sueños, los deseos, las operaciones secretas del espíritu en busca de refugio.
Girondo, genetista lírico que muta el signo, lo trueca y pervierte, llega a la médula de la palabra, le arranca la realidad que lleva oculta. Desentraña su poder diseccionándola en carne viva, sin la asepsia de la mesa quirúrgica. Y deja la herida abierta, palpitante.
“qué materiales brujos
qué llaves
qué ingredientes nocturnos
qué fallebas heladas que no abren
qué nada toco
en todo”.
Después de la juventud exultante, Girondo ya no se solaza. El mundo ha perdido su condición de tierra prometida para convertirse en una Moria particular, en la que el poeta recorre su faz con paso lento, observando su tierra dramática, oscura, irreductible.
“Noctivozmusgo insomne
del yo más yo refluido a la gris ya desierta tan
médano evidencia
gorgoteando noes que plellagan el pienso
contra las siemprecontras de la posnáusea obesa
tan plurinterroído por noctívagos yoes en rompiente
ante la afauce angustia
con su soñar rodado de hueco sino dado de dado
ya tan dado
y su yo solo oscuro de pozo lodo adentro y microcosmos
tinto por la total gristenia".
Y el lector aparece, después de las revelaciones de Girondo, en calles ajenas, extrañas, pero llenas de promesas.
lunes, 12 de marzo de 2007
Esa absurda belleza
Siempre, siempre, hay espacio para las bellas aventuras.
domingo, 11 de marzo de 2007
"Hora en que los muebles viejos aprovechan para sacarse las mentiras"
En tan sólo dos meses, y en la ciudad de México (seguro que en otro sitio no me gano esos adjetivos), esas son las líneas que definen mi perfil.
Sin duda la fiestecita fue memorable, aunque no sé si todos recuerden los pormenores y comentarios que cerraron la noche (sin duda más de uno tendrá lagunas mentales, lo que sería un suceso afortunado). De cualquier forma se descorrió una cortina... y hay personas que deseo incluir en mi lista de amigos (aunque sean periodistas, no hay que ser exigente).
Sigo pensando en el poema de Gelman como perfil de mi vida (tal vez sí sea algo ambiciosa después de todo): "Un pájaro vivía en mí. Una flor viajaba en mi sangre. Mi corazón era un violín". En verdad me siguen alegrando la primavera, las manos juntas, lo feliz.
viernes, 9 de marzo de 2007
Agito mi memoria

DÍA 16 DE MAYO DE 1973
Una de esas muchas fechas
que ya no me dicen nada.
A dónde fui ese día,
qué hice, no lo sé.
Si en los alrededores se hubiera cometido un crimen,
no tendría coartada.
El sol brilló y se apagó
sin que yo me diera cuenta.
La tierra giró
y no lo mencioné en mi diario.
Preferiría pensar
que morí brevemente,
y no que nada recuerdo,
aunque viví sin pausa.
Pues si no fui ningún fantasma:
respiré y comí,
di pasos
que se oían
y las huellas de mis dedos
tuvieron que haber quedado en las puertas.
Me reflejé en el espejo.
Llevaba puesto algo de algún color.
Y seguro que hubo gente que me vio.
Quizá ese día
encontré algo que había perdido antes.
Quizá perdí algo que encontré después.
Me embargaron sensaciones, sentimientos.
Ahora todo eso es
como puntos entre paréntesis.
En dónde me metí,
en dónde me enterré,
en verdad no es un mal truco
perderse a una misma de vista.
Agito mi memoria,
tal vez algo en sus ramas,
adormecido por años,
salga de pronto volando.
No.
Evidentemente exijo demasiado:
tanto como un segundo.
Wislawa Szymborska
Senderos de lluvia y maravilla
Es viernes y la Ibero está sumergida en el sopor. Y yo aquí, aislada en la pantalla, tomo un taller de periodismo digital mientras los recuerdos aparecen sueltos, en torbellino, no soy capaz de asir alguno...mejor, me parece.
En fin, que en algún universo paralelo estoy viendo una película por primera vez (Réquiem por un Sueño, El Libro de Cabecera, el documental de Buena Vista Social Club) y la vida parece mostrar un sinfín de caminos nuevos, vitales, llenos de misterios y maravillas por descubrir.
"En aquél entonces no fui consciente de la multitud de caminos que se me presentaban aquella mañana en Dorotea", multitud de ciudades invisibles que aún aguardan el sonido de mis pasos.
martes, 6 de marzo de 2007
Just me

La caída no fue inesperada, mas el conocimiento no atenuó el dolor de las tenazas que exploraron mis entrañas rugientes y furiosas.
Aún hoy el vuelo se resiste a la pérdida de inocencia. De vez en vez mis alas se extienden, magnolias sedientas de viento y luz. El sol es ahora distante, pero presiento el aullido de las hojas en las alturas que me invita de nuevo a la aventura. La caída parece un precio razonable