viernes, 27 de julio de 2012

Llegó el tiempo...


Llegó el tiempo de las aguas
Pero no aquellas a las que el mar les grita su cauce.
Llegaron los torrentes viejos, los del tedio
Que rodean los coches con desgana
que lavan las farolas de sebo amargo.

Nadie dijo una palabra a su llegada
Acostumbrados a su paso fatigoso, 
a su aspecto de leche sucia y desnatada.
Nadie levantó la mirada al cielo, 
en busca de una oquedad pequeña, luminosa.

Miro el morro de los autobuses, goteando sin pausa.
Y yo sigo aquí,
esperando una voz que susurre una canción junto a mi oído.