jueves, 12 de enero de 2012

Fugas

Toda relación amorosa produce siempre su propia y singular patología.

El amar es un oficio siniestro.

Unos ven el apocalipsis en la Biblia, otros en la Eneida y otros más en la

Divina comedia, muy pocos se dan cuenta de su diaria condena.

El desamparo no es una pena, es una necesidad.

Un secreto siempre es fascinante, develarlo no.

Uno es una cifra interminable.

¿A qué oficio pertenecen los gajes de vivir?

A veces me inunda un inmenso deseo de consolar a un siervo herido.

¿Sabré alguna vez cómo se utiliza el corazón?

Beber y olvidar. Escribir y olvidar. De eso se trata.

¡Qué fastidio buscar la felicidad todos los días!


Lucius Længst (Traducción Rodolfo Mendoza)