martes, 15 de septiembre de 2015

Fábula de cómo amar


Hay quienes creen poder hacer no importa qué
porque en todo caso son amados.
      Hay quienes creen poder hacer no importa qué
porque en todo caso aman.
      Hay quienes piensan que deben poner cuidado
en todos sus actos justamente porque aman.
      Hay quienes piensan que deben poner cuidado
en todos sus actos justamente porque son amados.
      Hay para quienes el amor está en el límite del
odio.
      Hay para quienes el amor está en el límite del
afecto.
      Pero hay también quienes confunden el amor
con el afecto y no comprenden que otros, en respuesta, confunden el amor con el odio.
      Hay quienes aman como el conejo extraviado
en el camino y atrapado en la trampa de los faros.
      Hay quienes aman como el león, que saquea
aquello que ama.
      Hay quienes aman como el piloto ama el poblado
sobre el que deja caer sus bombas.
      Hay quienes aman como el radar que dirige los
vuelos áereos.
      Hay quienes aman apaciblemente como la cabra
que se deja mamar por el niño hambriento.
      Hay quienes aman ciegamente como la amiba
que se traga al otro en su inconsistencia.
      Hay quienes aman demencialmente como las
palomillas aman la llama.
      Hay quienes aman sabiamente como el oso
ama dormir en invierno.
      Hay quienes se aman a sí mismos en el otro,
como hay quienes aman en ellos mismos a ese
otro en quien se convertirán por él.

György Somlyó
(versión de Francisco Segovia)