lunes, 10 de febrero de 2014

Tres poemas de Julia Hartwig

Desaliento


No fue suficiente recogimiento, ni tampoco suficiente sacrificio
no fue suficiente renuncia, ni tampoco conviviste lo necesario
no pensaste lo suficiente como los otros, ni tampoco fue suficiente lo que entendiste
no fue bastante amor ni tampoco bastante ternura
no mostraste la suficiente grandeza ni tampoco la suficiente humildad ni perseveraste cuando debiste
siempre culpables siempre impuros siempre condenados

Coda


Vacilante demasiado sensible e insensible en exceso
poco creyente pero anhelando tener fe
confiando a pesar de todo en poder tomar algo del festín de la vida
aunque convencida al mismo tiempo de no merecer nada
Siempre buscando aun sabiendo inescrutable el misterio
Extasis fue lo que le tocó en parte
aunque en ocasiones la despojaron de todo
cuanto la hacía estar en paz con la existencia
Experimentó la soledad y la melancolía
como si solo ella existiera
a pesar de saberse una entre otros muchos
Le fue dado conocer el amor
y que sus ojos se abrieran a las maravillas del mundo
La consumía el enigma de la partida
la imposibilidad de conciliarla con la naturaleza del ser
Se esforzaba por revivir el pasado
Acaso perdure lo que en apariencia ha concluido
si fuera algo así no cabe obtener consuelo
Cuando miraba hacia atrás decía:
Muéstrate agradecida Se mostraron espléndidos contigo


Claro, poco claro

Los sentimientos más apasionados
no alumbran a los mejores poemas
ni la música más lograda
ni los cuadros más sublimes
Y no obstante sin ellos
nada podría ver la luz

No cuentas cuando escribes
y sin embargo todo está contado
no te ocultas
pero estás escondida
no te exhibes
mas te ven y te reconocen
Admite
que en todo esto hay algo poco claro


*Traducción Antonio Benítez Burracoy Anna Sorieska (Dualidad, Vaso Roto Ediciones)