jueves, 13 de diciembre de 2007

Crónica del escritor que da cuerda al mundo

El aroma de las magnolias, la lluvia, las espigas de susuki balanceándose al compás del viento de octubre, los interminables domingos fracturados por memorias y recuerdos, la dulce melancolía del blues y la música de los Beatles. Éstos son los elementos que rodean la historia que Watanabe trata de recordar en las alturas del cielo europeo.

Es Nowergian Wood, canción de los Beatles, la culpable de detonar la memoria del protagonista de Tokio Blues, novela escrita por uno de los mejores narradores contemporáneos: Haruki Murakami. Con dicho título, este autor japonés se dio a conocer internacionalmente, y ahora es posible encontrar la mayoría de su obra editada por Tusquets.

Lo que vuelve entrañable la obra de Murakami no es su estilo narrativo, semejante al viaje raudo en un tobogán, sino la disección que realiza del alma humana. En su obra, el lector se ve envuelto en un torbellino de sensaciones, las acciones pesan en el espíritu no por el certero dolor que causan, sino por los detalles que las rodean.

En Tokio Blues, Watanabe guarda en la memoria la calidez de la piel de Naoko, las bellas arrugas del rostro de Reiko, la impertinencia de Midori y la tristeza insoportable de descubrir que todo eso se ha perdido.

En Al Sur de la Frontera al Oeste del Sol, lo que acerca al lector a Hajime, personaje central de la novela, es su lacerante humanidad, esa verdad que late en todos aquellos que han sentido una pasión, esa sensación de pertenecer a algo o alguien que se ha perdido en el vaivén del tiempo, engullido por una cotidianidad inevitable y desprovista de color. Y el recuerdo yace arrinconado en un lugar recóndito, conservado para no sentirse solo, vacío.

En esta narración se habla del amor, de un sentimiento perdido y recobrado que no se sabe en dónde puede dársele cabida porque arrasa y desborda. De pronto, el lector intuye que en ocasiones, al igual que Hajime, se construye una vida tranquila ajena al galope desbocado del corazón, pero de pronto vuelve el deseo acuciante que se creía olvidado, que trastorna el universo y lo pone de cabeza.

En Sputnik Mi Amor Murakami sumerge al lector en una historia seductora y llena de
enigmas lógicos, en donde los hechos de apariencia imposible son sólo piezas de la compleja alma humana. Las personas pueden desaparecer en una pequeña isla sin dejar rastro, pueden dividirse en dos y perder esa otra mitad para siempre, pueden enamorarse de seres que, cual satélites artificiales olvidados, orbitan sobre el cielo un instante para desaparecer una vez más.

Sumire es la protagonista, una joven que se afana en ser novelista y conquistar las palabras. Un día, se enamora de forma fulminante, sin lógica alguna y con la furia de un tornado a través de la llanura. Se enamora de una mujer casada 17 años mayor, se enamora de "Sputnik, mi amor".

Quien narra la historia es el mejor amigo de Sumire, que la ama desde siempre y que sabe que jamás será correspondido.

La trama que tejen estos tres seres solitarios habla del amor que siempre conduce a algún sitio. Tal vez sea un mundo especial y desconocido o un lugar lleno de peligros, donde se esconda algo que inflija una herida profunda, mortal.

Sumire lo sabe y –al igual que el lector– lo acepta: "Tal vez pierda todo lo que poseo. Pero ya no puedo volver atrás. Sólo puedo abandonarme a la corriente que discurre ante mis ojos. Aunque me consuma entre las llamas, aunque desaparezca para siempre".