
tras las naves incendiadas. El fuego
del incendio.
¿Qué león?,
¿qué naves incendiadas? Toda
separación es muerte: la carne
que amamos, los ojos, los cabellos,
la deseada piel. El tiempo
nos expulsa de lo que alguna
vez fue nuestro. El tiempo
incendia, el tiempo desvanece.
Y el poema dice su verdad.
Aunque nunca lo escuchamos
el poema arranca nuestros ojos
y dice en voz baja su verdad.
Eduardo Chirinos