Hay quienes creen poder hacer no
importa qué
porque en todo caso son amados.
Hay quienes creen poder hacer no
importa qué
porque en todo caso aman.
Hay quienes piensan que deben poner
cuidado
en todos sus actos justamente porque
aman.
Hay quienes piensan que deben poner
cuidado
en todos sus actos justamente porque
son amados.
Hay para quienes el amor está en el
límite del
odio.
Hay para quienes el amor está en el
límite del
afecto.
Pero hay también quienes confunden el
amor
con el afecto y no comprenden que
otros, en respuesta, confunden el amor con el odio.
Hay quienes aman como el conejo
extraviado
en el camino y atrapado en la trampa de
los faros.
Hay quienes aman como el león, que
saquea
aquello que ama.
Hay quienes aman como el piloto ama el
poblado
sobre el que deja caer sus bombas.
Hay quienes aman como el radar que
dirige los
vuelos áereos.
Hay quienes aman apaciblemente como la
cabra
que se deja mamar por el niño
hambriento.
Hay quienes aman ciegamente como la
amiba
que se traga al otro en su
inconsistencia.
Hay quienes aman demencialmente como
las
palomillas aman la llama.
Hay quienes aman sabiamente como el
oso
ama dormir en invierno.
Hay quienes se aman a sí mismos en el
otro,
como hay quienes aman en ellos mismos a
ese
otro en quien se convertirán por él.
György Somlyó
(versión de Francisco Segovia)
(versión de Francisco Segovia)