Como cortina oscura, los días se abaten taciturnos... Tal vez no sean ellos sino yo, este espíritu que se pone melancólico en las postrimerías de cada año, en esta forzada renovación, pesada, pero impostergable. Sin embargo quedan las memorias, los recuerdos que revolotean claros para regalarnos sensaciones, deseos, sonrisas.
Poema de Navidad
Para eso fuimos hechos,
para recordar y ser recordados
para llorar y hacer llorar
para enterrar a nuestros muertos
por eso tenemos brazos largos para los adioses
manos para recoger lo que nos fue dado
Dedos para cavar la tierra.
Así será nuestra vida:
una tarde siempre para olvidar, una estrella apagándose en las tinieblas
un camino entre dos tumbas
por eso necesitamos velar
hablar quedo, pisar leve, ver
dormir la noche en silencio.
No hay mucho que decir:
una canción sobre una cuna un verso, quizás de amor
una oración para quien se va
pero que esa hora no olvide
y que por ella nuestros corazones
se entreguen, graves y simples.
Pues para eso fuimos hechos: para la esperanza en el milagro,
para la participación de la poesía,
para ver el rostro de la muerte
de pronto nunca más esperaremos...
Hoy la noche es joven, de la muerte, apenas
nacemos, intensamente.
Vinicius de Moraes