Los años se van... Y, sí, es como el tren:
nos adelantamos a todo y los años se quedan
como el paisaje detrás de los cristales de este viaje
que el sol aclaró o empañó la helada.
Cómo se ordenan los sucesos en el espacio:
algo se vuelve prado, algo árbol se vuelve,
algo a construir el cielo se fue a ayudar...
la mariposa y la flor existen, ninguna miente:
la transformación no es una mentira...
Rainer María Rilke
martes, 31 de diciembre de 2013
sábado, 28 de diciembre de 2013
Mis recomendaciones literarias del 2013
El 2013 fue un año que dejó varios libros: antologías,
novelas, poemarios, cuentos. La
oferta literaria de los últimos meses cuenta con ejemplares que atraparon mis
tardes y noches durante largas horas con historias entrañables o poemas
luminosos. Les dejo mi lista de recomendaciones de este año que está a punto de
terminar.
“Todo
el mundo hablaba del libro”. Con esta frase inicia la primera novela que Joël
Dicker publica en español, una descripción que se ajusta perfecto a lo que está
sucediendo en México con “La Verdad sobre el Caso Harry Quebert”.
La
historia tiene como protagonista a Marcus, un prometedor escritor que tuvo una
primera novela muy exitosa, pero que después sufre el mal de la página en
blanco, lo que pone en riesgo el jugoso contrato que tiene con una prestigiosa
editorial de Nueva York.
Para
salir del paso, el joven viaja a la casa de su maestro y amigo, Harry Quebert,
una celebridad de la literatura norteamericana. En medio de este encuentro se
descubre el cadáver de una joven de 15 años que se creía desaparecida. Un
hallazgo que perturbará a la pequeña ciudad de Aurora y que pondrá a Marcus a
escribir de nueva cuenta.
A
lo largo de la novela, y antes de cada
capítulo, aparecen pequeños textos que son los consejos que Harry le hace a
Marcus sobre cómo ser un buen escritor. De acuerdo al autor, estas pequeñas
lecciones conforman una suerte de obra paralela de la historia principal, en la
que se combinan una narración vertiginosa, un caso policiaco con el toque justo
de misterio y suspenso, y la fórmula mágica que comparte el protagonista con
los lectores: “Hay dos cosas que dan sentido a la vida: los libros y el amor”.
Publicada
originalmente hace una década en Colombia, “En el Lejero” apareció este año en
las librerías mexicanas, pero para los lectores de nuestro país es
incuestionable la vigencia de la historia de Jeremías Andrade, un hombre que,
contra toda esperanza, busca a su nieta perdida en un pueblo sórdido y oscuro.
El
viejo se topa de frente con el miedo, con la indiferencia, con la violencia que
es capaz de arrebatarte con crueldad a lo que más amas. De hecho, el autor escribió este novela basándose en la realidad que se vivió en los andes del sur
colombiano, en donde los secuestros y las desapariciones se contaron por
cientos.
Jeremías tiene que buscar a su Rosaura en el
perdedero, en el Lejero, una denominación que describe a un sitio tan poderoso
en el que se reúnen los extraviados, los olvidados, las memorias de otro
tiempo.
La Simetría de los Deseos. Eshkol Nevo.
Océano
Si
pudieras pedir un deseo ¿cuál sería? Esta pregunta circula por nuestras mentes
con mucha frecuencia, cuando las velas de un pastel de cumpleaños relucen
frente a nuestro rostro, cuando resuenan las campanas que anuncian el año
nuevo. Un grupo de cuatro jóvenes amigos (Yuval, Amijai, Ofir y Yoav) decide, tras
ver el partido final del Mundial de 1998, escribir tres de esos anhelos que
esperan ver cumplidos en la próxima copa del mundo.
En
cuatro años la vida puede cambiar de muchas formas. El hado puede conducirnos
por sendas totalmente inesperadas. Y es que, a la vuelta de los meses, como
sostiene Yuval Fried –quien relata la historia- “Es difícil cuantificar y
calcular la lejanía, la proximidad, la lealtad, la infidelidad, el amor o la
nostalgia”.
Narrada
en forma ágil, esta novela –la primera que publica Eshkol Nevo en español-
muestra esas piezas entrañables de las que se compone la vida: la amistad, el amor, la
desesperanza, la lucha contra el olvido.
Sin sospecharlo, estos amigos verán cómo sus deseos se unen con una simetría
perfecta, un trazado oscilante que permite medir la vida de triunfo en triunfo,
de fracaso en fracaso, de mundial en mundial.
Los Trinos que se extinguen. María
Polydouri. Vaso Roto
Dueña
de una voz intensa, pero breve, María Polydouri escribió dos libros esenciales
para la poesía griega del siglo 20: “Los Trinos que se Extinguen” (1928) y “El
Eco en el Caos” (1929). En su breve, pero intenso legado –murió a los 28 años
víctima de la tuberculosis- se encuentran poemas sueltos, una novela inacabada
y varios diarios.
Y justo el primer título aparece íntegramente traducido por primera vez al español, gracias al acucioso trabajo de Manuel Macías –que además ofrece a los lectores un maravilloso poema de Kostas Karyotaquis en la introducción del libro.
Y justo el primer título aparece íntegramente traducido por primera vez al español, gracias al acucioso trabajo de Manuel Macías –que además ofrece a los lectores un maravilloso poema de Kostas Karyotaquis en la introducción del libro.
La
muerte, el amor, el deseo, la soledad, el tiempo breve de los hombres, son
algunos de los temas que trata la escritora griega. Sus versos tienen esa pátina de nostalgia en la que
radica la comprensión de la belleza y su fugacidad:
Pero
ahora su corazón guarda silencio,
y
tan solo su amor permanece
y
camina.
Y
todos nos decimos “es su sombra la que va
errante”.
“Es
la triste/
sombra del poeta."
Existen
poemas que nos revelan, a veces sin tener idea de ello, las imágenes y
sensaciones que cargamos en el alma. José Javier Villarreal logra reunir una
serie de epifanías poéticas, de esas que calan hondo en la memoria, en una
antología bilingüe de poesía brasileña del siglo 20 que forma parte de la
colección La Estafeta del Viento de la editorial Visor.
Como
describe el editor en el prólogo del libro: “El arte se nos vuelve cuerpo, respiración,
miradas que nos sitúan en el corazón de la memoria donde sólo hay sujetes que, al verse, se reconocen y
nombran”.
Esta
publicación permite rastrear algunos de los temas que han marcado los versos
del país sudamericano durante los últimos años –el amor, la memoria, el cuerpo,
el deseo, la pasión, la rebeldía y un largo etcétera– y observar “el sentido
sonoro de las palabras”, como escribe Manoel de Barros en su poema “Nadie”.
El
lector puede encontrar a 245 autores medulares del siglo pasado: Manuel
Bandeira, Jorge Lima, Maurilo Mendes, Carlos Drummond de Andrade, Haroldo de
Campos, Vinicius de Moraes, Lêdo Ivo –de quien aparece un poema cedido a José Javier justo para
esta edición-, Ana
Cristina César, Adélia Prado, entre otros.
Con una traducción en la que se siente la pluma del poeta, estos poemas nos recuerdan, como escribió Vinicius de Moraes, que “Para eso fuimos hechos / Para recordar y ser recordados …”
Con una traducción en la que se siente la pluma del poeta, estos poemas nos recuerdan, como escribió Vinicius de Moraes, que “Para eso fuimos hechos / Para recordar y ser recordados …”
Otras recomendaciones
Poesía
- Del Crear y lo Creado. Poesía Completa 1983-2011. Hugo Mujica. Vaso Roto
- El Lugar donde Duele. Hamutal Bar Yosef. Vaso Roto
- Mal de Graves. Francisco Hernández. Almadía
- Material del Deseo. Antología Poética. J.M. Caballero Bonald. La Otra/ UANL
- Una Tribu de Salvajes Improvisando a las Puertas del Infierno. Antología Beat. Aldvs/ UANL
Novela
- La Fila India. Antonio Ortuño. Océano
- Londres Después de Medianoche. Augusto Cruz. Océano
- Los Años de Peregrinación del Chico sin Color. Haruki Murakami. Tusquets
Cuento
- El Matrimonio de los Peces Rojos. Guadalupe Nettel. Páginas de Espuma
Crónica
- El Karma de Vivir al Norte. Carlos Velázquez. Sexto Piso
Ensayo
- Las Penas del Guardador de Rebaños. Tras la Huella del Polifemo. José Javier Villarreal. Fondo de Cultura Económica.
jueves, 12 de diciembre de 2013
Una versión de un poema de e.e. cummings
Me gusta mi cuerpo cuando está con tu
cuerpo.
Es algo tan completamente nuevo.
Es algo tan completamente nuevo.
Los músculos están mejor y los
nervios más.
Me gusta tu cuerpo, me gusta lo que
hace
Me gustan sus recovecos, me gusta sentir la columna
Me gustan sus recovecos, me gusta sentir la columna
de tu cuerpo y sus huesos, y ese
temblor
suavemente-firme que
una y otra y otra vez besaré,
me gusta besarte aquí y allá
me gusta, acariciar lentamente el vello
de tu piel electrizante,
y cuando me derramo en ti sobre tu
carne abierta...
Y tus grandes ojos, migas de amor.
Y me gusta, posiblemente, la emoción
al sentirte a ti, completamente nueva,
bajo mi cuerpo.
I like my body when it is with your body
I like my body when it is with
your
body. It is so quite new a thing.
Muscles better and nerves more.
I like your body. I like what it does,
I like its hows. I like to feel the spine
of your body and its bones, and the trembling
-firm-smooth ness and which I will
again and again and again
kiss, I like kissing this and that of you,
I like, slowly stroking the, shocking fuzz
of your electric furr, and what-is-it comes
over parting flesh….And eyes big love-crumbs,
and possibly I like the thrill
of under me you so quite new.
body. It is so quite new a thing.
Muscles better and nerves more.
I like your body. I like what it does,
I like its hows. I like to feel the spine
of your body and its bones, and the trembling
-firm-smooth ness and which I will
again and again and again
kiss, I like kissing this and that of you,
I like, slowly stroking the, shocking fuzz
of your electric furr, and what-is-it comes
over parting flesh….And eyes big love-crumbs,
and possibly I like the thrill
of under me you so quite new.
e.e. cummings
lunes, 9 de diciembre de 2013
El patio de la infancia
Recuerdo
los viejos días
el patio de baldosas amarillas seguía vivo
tú tenías doce
trece
quince años.
Ahora es difícil recordarlo
la memoria tiene sus trucos.
Una vez
sola una
saltamos la verja del patio
nuestras miradas se encontraron
cómo nos asustamos
al ver la cara de la otra
roja, sudorosa por el esfuerzo.
Éramos felices
nosotras
un montón de chicas.
Me asombra que tanta risa tuviera espacio
que se multiplicaran los rostros
ahítos de esperanza
tantos como baldosas amarillas
tenía aquel patio.
Tú y yo
sentadas en una banca de cemento
ignorantes de que el tiempo corre rápido
de que la vida pasa por encima
sin fanfarrias ni avisos.
Muchas no lo recuerdan
no existe un calendario fiel
nadie puede medir el tiempo
en números y cruces rojas.
Miro las fotos que guarda mi madre
las que no necesitan flashdrives
sino tinta y mucha suerte
los rostros felices me hacen preguntas
y no dudo
celebré los requiebros del deseo
el éxtasis de los sentidos
la ternura
arriesgué todo a pesar de los pronósticos.
Runas de cobre
esas baldosas siguen
multiplicándose en el patio.
el patio de baldosas amarillas seguía vivo
tú tenías doce
trece
quince años.
Ahora es difícil recordarlo
la memoria tiene sus trucos.
Una vez
sola una
saltamos la verja del patio
nuestras miradas se encontraron
cómo nos asustamos
al ver la cara de la otra
roja, sudorosa por el esfuerzo.
Éramos felices
nosotras
un montón de chicas.
Me asombra que tanta risa tuviera espacio
que se multiplicaran los rostros
ahítos de esperanza
tantos como baldosas amarillas
tenía aquel patio.
Tú y yo
sentadas en una banca de cemento
ignorantes de que el tiempo corre rápido
de que la vida pasa por encima
sin fanfarrias ni avisos.
Muchas no lo recuerdan
no existe un calendario fiel
nadie puede medir el tiempo
en números y cruces rojas.
Miro las fotos que guarda mi madre
las que no necesitan flashdrives
sino tinta y mucha suerte
los rostros felices me hacen preguntas
y no dudo
celebré los requiebros del deseo
el éxtasis de los sentidos
la ternura
arriesgué todo a pesar de los pronósticos.
Runas de cobre
esas baldosas siguen
multiplicándose en el patio.
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